Los hijos son esos seres que se parecen a nosotros pero que no son exactamente iguales; normalmente, con el tiempo, suelen llegar a ser más altos. Y durante su recorrido vital, bajo nuestro techo, nos dan una de cal y otra de arena, sobre todo en la adolescencia. No nos disgustemos mucho con ellos y aprendamos a tomarnos con serenidad sus dislates hormonales.
Cuanta razón tienes....
ResponderEliminarmuy bueno Juan. Muy bueno, muy bueno. Abrazo desde Tucumán/ Argentina
ResponderEliminar