Antes del verano se intentan tomar medidas con el fin de mostrar nuestras carnes en playas y piscinas sin que nos dé mucha vergüenza. Pero todo es inútil, durante julio y agosto todos sufrimos como una especie de amnesia generalizada que nos hace olvidar el esfuerzo que hicimos y para qué lo hicimos. ¿Quién se resiste a los churros mañaneros, los chopitos, las gambas, las cañas en el chiringuito, las paellas, la siesta, los helados y los cubatas afterhours?
A la vuelta solemos estar peor que cuando empezamos, y ahora, cuando ya llevamos varias semanas trabajando, aún no sabemos qué hacer con nuestras lorzas y mondonguillos.
5 comentarios:
Cierto querido Juan, muy cierto.
¿Mondonguillos...? !Qué ricos, con sus garbanzo, granitos de arroz y hierbabuena!.
muchas gracias Juan por el comentario, que venga de alguien como tú es mucho!!!no les he visto actuar a ninguno solo sé que eran bastante paraos,jeje!!!Talue!!!
Me hacía falta una sonrisa a esta hora de mi Argentina, y este post me abrió la boca de oreja a oreja, bien por el amigo Juan. Llegué aquí desde lo bueno de Carlos en Preludio que también alaba el buen "mastique", salud y mi afecto.
Carlos, siento no poder acompañarte en lo del mondongo ¡es el único plato que no soporto, no puedo con el olor!
De nada, Pablo,la culpa es tuya por tener ese talento.
José, bienvenido a este blog. Me alegro de haberte provocado una sonrisa; te seguiré.
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