
No era mi intención ir a Bélgica en busca de los tebeos perdidos; sólo quería conocer ese país, sobre todo visitar esas ciudades de cuento llamadas Brujas y Gante y degustar los chocolates de Pierre Marcolini, así como probar los mejillones con patatas fritas.
Los canales, Van Eyck, la lluvia fina, Le Roi d´Espagne, el gótico normando...y bueno, al final o al principio, aunque no quería, el destino hizo que delante justo del hotel donde me hospedaba, apareciera en todo su esplendor, un enorme mural realizado por mis admirados Dupuy y Berberian, con "Monsieur Jean" de protagonista.